Historia de los hospitales coloniales en Cartagena: Descubre sus secretos fascinantes

¿Alguna vez te has preguntado cómo eran los hospitales en la Cartagena colonial? Bueno, te voy a contar una historia que tiene de todo: drama, intriga y, claro, mucha historia. Imagínate caminar por las calles empedradas de la ciudad hace unos siglos. La realidad era muy diferente a lo que vemos hoy en día, créeme.

La Fundación de los Primeros Hospitales

En aquellos tiempos, la vida en Cartagena no era precisamente un paseo por el parque. En serio, la cosa era dura, y la salud era un lujo que pocos podían permitirse. La ciudad, fundada en 1533, pronto se convirtió en un punto clave para el comercio de esclavos y todo tipo de mercancías. Esto significó que enfermedades de todas partes del mundo comenzaran a circular por sus calles. Lógico, ¿no?

El primer hospital que se construyó fue el Hospital de San Sebastián, fundado en 1550. Fue obra de los hermanos de San Juan de Dios, que decidieron que alguien tenía que encargarse de tantos enfermos y heridos. Y no, no te imagines un hospital como los de ahora. Era más bien un lugar donde se atendía a los enfermos con lo que se podía, y se rezaba mucho. Porque, bueno, el conocimiento médico no era precisamente de avanzada. Pero al menos había un lugar al que ir cuando dolía algo, aunque fuera solo para rezar.

El Hospital de San Juan de Dios

Avancemos un poco en el tiempo hasta el Hospital de San Juan de Dios, otro de los hospitales importantes de la época colonial. Este fue fundado en 1623 y sí, también llevado por los hermanos de la orden. Ellos estaban en todas. El hospital ofrecía atención médica básica, pero con un enfoque bastante diferente al que podríamos imaginar hoy en día. Además de cuidar a los enfermos, también se dedicaban a recoger a los huérfanos y a los pobres. Era como una especie de ONG, pero en los tiempos coloniales.

Algo curioso de este hospital es que se ubicaba en lo que hoy es la Plaza de la Proclamación. Así que, la próxima vez que estés por allí, ya sabes que caminas sobre historia pura de la ciudad. Es importante recalcar que los hermanos se financiaban principalmente a través de limosnas y donaciones, lo cual no siempre era suficiente, por lo que las condiciones, digamos, no eran las mejores. Pero, ¡hey!, al menos intentaban dar lo mejor de ellos mismos.

San Carlos Borromeo

Interesante también es el caso del Hospital de San Carlos Borromeo, fundado a finales del siglo XVII. Este particular establecimiento fue un verdadero reto. ¿Qué tipo de reto? Mantenimiento. La lucha constante por recursos era un tema candente. Los cartageneros de la época no tenían ni idea de cómo sostener este lugar decentemente, a pesar de los nobles esfuerzos. Tampoco ayudó que las epidemias atacaban a la ciudad cada vez que les daba la gana, desbordando cualquier capacidad de atención.

La Influencia de las Epidemias

Hablemos un minuto de las epidemias, que fueron como una serie de eventos desafortunados para los hospitales de Cartagena. La ciudad sufrió múltiples brotes de enfermedades como el cólera, la viruela y la fiebre amarilla. Era un caos. Entre cada brote, los hospitales quedaban hechos un desastre, repletos de enfermos y con una capacidad de atención reducida a casi nada. Ni la mejor intención lograba detener la abrumadora cantidad de pacientes.

Los hospitales simplemente no daban abasto. Es como intentar contener una inundación con una taza. La realidad es que los hospitales coloniales apenas podían mantenerse en pie con tantas adversidades. Imagínate vivir en una época donde cada ola de enfermedad era como una lotería, ¿saldrás ileso o serás uno de los desafortunados? No había vacuna ni tratamientos efectivos, solo manos llenas de esperanza y escasez de recursos.

La Arquitectura y Condiciones

Vamos a lo visual: ¿cómo eran estos edificios? Pues, la verdad, bastante básicos. Los hospitales eran edificios de una planta con habitaciones grandes pero rudimentarias. Nada de lujos. Paredes encaladas, techos de tejas y muebles de madera. Incluso muchos de estos muebles estaban hechos con lo que tuvieran a mano, a veces reparados mil veces. No, no tenían camas cómodas ni salas de emergencia moderna. Eran camas simples, a veces ni eso, y cuando las cosas se ponían feas, los enfermos se apilaban en cualquier esquina que encontraran.

Las condiciones de higiene… vaya tema. Eran, digamos, precarias. En una época sin antibióticos ni desinfectantes adecuadamente usados, las infecciones eran comunes, y los hospitales no eran una excepción. Imagina pisos sucios, ventanas que apenas se abrían y un calor sofocante. No era el lugar más agradable para alguien enfermo, pero era lo que había. En fin, lo justo es decir que estos hospitales hicieron lo mejor que pudieron con lo poco que tenían.

La Importancia en la Historia de Cartagena

A pesar de todo, los hospitales coloniales tuvieron un papel crucial en la historia de Cartagena. Eran más que simples edificios; eran centros de esperanza y cuidado en medio de un entorno difícil. Su existencia refleja la resiliencia y el espíritu comunitario de la época. Claro, no eran hospitales perfectos, pero eran todo lo que había en esos tiempos convulsos. Ni imaginemos cómo hubiera sido todo sin ellos.

Así que, la próxima vez que pasees por Cartagena y te topes con alguna de estas reliquias del pasado, recuerda que estás pisando, literal y figuradamente, la historia que hizo de esta ciudad lo que es hoy: una mezcla hermosa de caos y lucha, de tragedia y esperanza.

Resumen Rápido

• Hospital de San Sebastián: Fundado en 1550, base de atención básica y oraciones.
• Hospital de San Juan de Dios: Desde 1623, abrazaba huérfanos y pobres, con recursos limitados.
• San Carlos Borromeo: Fundado en el siglo XVII, siempre con problemas de mantenimiento.
• Epidemias: Desbordaban la capacidad de los hospitales, sumando caos.
• Condiciones precarias: Higiene y recursos limitados, edificios simples pero esenciales.
• Legado: Cruciales en la historia de Cartagena, reflejos de resiliencia.