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Las celebraciones religiosas en Tunja: historia y fe que transforman vidas

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Las celebraciones religiosas en Tunja: historia y fe que transforman vidas

Bueno, entremos en materia de una vez. ¿Alguna vez te has preguntado por qué Tunja es tan famosa por sus celebraciones religiosas? Te lo voy a contar sin filtros ni adornos. Porque en serio, lo que hacen allá es bastante impresionante. Pero claro, no todo es color de rosa, hay de todo un poco. Véamoslo bien.

Tradiciones que no mueren

Lo primero que tienes que saber es que Tunja tiene un calendario religioso bastante cargado. Si alguna vez has pasado por allá durante la Semana Santa, sabes exactamente de lo que hablo. La ciudad se transforma, y no te estoy exagerando. Se siente en el aire, en cada rincón. Literal, la gente vive para estas fechas.

¿El dato curioso? La Semana Santa tunjana está entre las más antiguas de Colombia. ¡Desde el siglo XVI! Sí, ya sé que esto suena como una línea de libro de historia, pero es que es verdad. Los españoles trajeron sus costumbres y la ciudad se empapó de ellas. El rollo es que no solo se quedaron con las prácticas hispanas, sino que también añadieron sus toques locales. Esa mezcla es lo que la hace única.

La Plenaria en la Catedral

La Catedral Basílica Metropolitana Santiago de Tunja, con esa fachada blanca que ciega bajo el sol, es el epicentro de estas celebraciones. Durante la «Misa Crismal», llena hasta los topes, el obispo incluso lava los pies de doce hombres en representación de los apóstoles. Esto es símbolo total de humildad, pero también te muestra el grado de entrega y simbolismo de la comunidad. Real, es un acto que hay que ver para entender.

Procesiones a lo Grande

Y si pensabas que las misas eran la esencia, espera a las procesiones. Son pura devoción y dramatismo. Las procesiones de viernes santo son probablemente el evento más esperado. Imagínate a miles de personas en las calles, algunas cargando imágenes que pesan un mundo, literal un sacrificio humano. Y no, no es exageración. Los pasos que desfilan son inmensos, algunos del tamaño de una pequeña casa, adornados en sobriedad y detalles que narran la Pasión de Cristo.

Lo que siempre me ha llamado la atención es la mezcla de generaciones participando. Ves a abuelos, hijos y nietos. Es como el ciclo de la vida pero en versión religiosa. Algún toque de sentimentalismo le dan así que ya sabes, si eres de los que llora fácil, lleva pañuelos.

El via crucis en vivo

Oh sí, no podía faltar. El Via Crucis Viviente es otro de los momentos cumbre. Más realista no puede ser. Los actores que representan a Jesús y sus seguidores se meten tanto en el papel que a veces piensas que estás viendo una recreación histórica. Dolor, sangre, sufrimiento, todo en una puesta en escena que se vive a carne y hueso. Muy poderoso.

Impacto sociocultural: ¿Y todo esto para qué?

Lo que muchas veces se nos pasa por alto es el impacto que estas celebraciones tienen en la vida cotidiana. La religión no es solo asistir a misa, es parte de la identidad. En Tunja, la Semana Santa afecta incluso la economía. Montones de turistas llegan, negocios florecen y la ciudad se siente más viva que nunca.

Pero, como en todo, también hay su lado B. Mucha gente critica el hecho de que la tradición se haya vuelto tan comercial. Que si los puestos de comida, que si las ventas de recuerdos religiosos. Hay quien dice que lo único que falta es un parque temático. No sé, a mí me parece que cada uno busca su manera de vivirlo, ¿cierto? Pero bueno, opiniones fuertes, ya sabes.

El Festival de la Virgen del Milagro

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Vamos a salirnos un poquito de la Semana Santa, porque en Tunja también le dan duro a otras festividades. Una de las más resonantes es la Fiesta de la Virgen del Milagro. La hacen en septiembre y, aunque no es tan pomposa como la Semana Santa, tiene su onda. La historia cuenta que fue un milagro mariano el que protegió a la ciudad de un terremoto en 1615. Desde entonces, la devoción se ha mantenido y las celebraciones también han evolucionado.

A diferencia de la Semana Santa, esta fiesta es más alegre, más colorida. Hay música, danzas y procesiones también, pero en tono festivo. Es como una bocanada de aire fresco después de tanto dramatismo de la Pasión de Cristo. Una oportunidad para ver otro lado de la fe, un poco menos solemne pero igual de sincero.

Fiesta, pero con un toque religioso

No te equivoques, aunque tenga ese aire festivo, sigue siendo una celebración religiosa. La gente va a las misas, ofrece velas y pide favores a la Virgen. Hay quienes dicen que en esos días, la Virgen está más cerca que nunca. No sé si eso es cierto, pero la fe moviéndose así, en masa, siempre es algo para ver.

En fin, Tunja tiene esa dualidad; entre lo solemne y lo festivo, lo antiguo y lo moderno. Cada celebración guarda algo de su pasado pero mira siempre hacia el futuro. Así que, depende de lo que busques, allí encontrarás muy probablemente una experiencia increíble en cualquiera de sus facetas. ¿Y tú, te animas a vivirla?

Resumen Rápido

  • Las celebraciones religiosas de Tunja mezclan tradición española y local desde el siglo XVI.
  • La Semana Santa tunjana es una de las más antiguas y completas del país, con procesiones y dramatizaciones intensas.
  • El Via Crucis Viviente es un momento cumbre, lleno de realismo y dramatismo.
  • El impacto económico y cultural de estas celebraciones es significativo, aunque hay críticas de su comercialización.
  • La Fiesta de la Virgen del Milagro en septiembre es más alegre y colorida, mostrando otra faceta de la devoción tunjana.
  • Tunja ofrece una mezcla única de lo solemne y lo festivo en sus celebraciones religiosas, atrayendo a turistas de todas partes.

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