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Historia

Los primeros hospitales de Bogotá: un legado histórico que transformó la salud

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Los primeros hospitales de Bogotá: un legado histórico que transformó la salud

¿Te has preguntado alguna vez cómo demonios empezó todo el rollo de los hospitales en Bogotá? Porque, vamos, no siempre estuvimos rodeados de clínicas modernas. Antes, las cosas eran bien diferentes y diría que mucho más rústicas. Así que hoy vamos a viajar en el tiempo, explorar un poco y ver de dónde viene todo este cuento de la salud en nuestra querida capital.

El Hospital San Juan de Dios: el pionero de los pioneros

Para empezar, hay que hablar del Hospital San Juan de Dios. Este chuzo abrió sus puertas allá por 1564. Y fue el primero, el papá de los pollitos de los hospitales en Bogotá. Imagínate, en aquellos tiempos, la ciudad apenas estaba empezando a agarrar forma y ya tenían un sitio para cuidar a los enfermos. No era gran cosa, un edificio sencillo, pero cumplía su función.

  • Fundado por el don Vasco de Quesada, sí, el mismo que fundó la ciudad.
  • Inicialmente, estaba destinado a indígenas y esclavos enfermos.
  • Se fue modernizando, pero no hay que olvidar sus orígenes humildes.

El San Juan de Dios no era perfecto, claro, pero al menos daba un servicio cuando nadie más lo hacía. En fin, a grandes males, grandes remedios, o eso intentaban, je.

El Hospital de San José: un nuevo aire

Luego, en el siglo XIX apareció el Hospital de San José. Este nació con la intención de mejorar lo que ya había, porque, sinceramente, lo necesitaban. Se inauguró en 1925 y trataba de integrar nuevas formas de diagnóstico y tratamiento.

  1. Más que un hospital, era una escuela de medicina.
  2. Fue fundado gracias a un grupo de médicos visionarios.
  3. Se convirtió en referencia regional en poco tiempo.

Este sí que marcó una diferencia con el anterior. No estoy diciendo que el San Juan de Dios fuera malo, pero el San José trajo vientos frescos.

Las insólitas historias de la época colonial

Ahora, hablemos un poquito de las historias raras. Porque claro, cualquier cosa que empezara en la época colonial tiene sus cuentos oscuros. Por ejemplo, en los primeros hospitales no existía ni un poquito de la bioseguridad que tenemos ahora.

La gente se moría más por infecciones dentro del hospital que por la enfermedad con la que llegaban. ¿Quieres más? Las hierbas y los brebajes extraños eran parte del día a día. Algo así como remedios a lo bruja de cuentos, o peor.

Los charlatanes siempre presentes

No podía faltar mencionar a los charlatanes, estos tipos que se metían a vender remedios milagrosos y a curar enfermedades imaginarias. Se aprovechaban de la buena voluntad de las pobres almas desesperadas que llegaban al hospital buscando ayuda.

En fin, imagínate la situación: enfermo, con fiebre, y con un tipo queriendo venderte una pócima de sapo. Claro, el hospital con todas sus limitaciones no podía hacer mucho.

Un salto al siglo XX: modernización y otros cuentos

Ya para el siglo XX, Bogotá estaba haciendo cosas más interesantes en materia de salud. La revolución industrial y los nuevos conocimientos médicos permitieron que los hospitales se modernizaran bastante. Aunque, honestamente, no siempre fue rápido ni fácil.

La llegada de electricidad, agua potable e infraestructura adecuada abrió un mundo de posibilidades. ¡Imagínate los antiguos doctores viendo una máquina de rayos X! Les debía parecer magia pura. Pero bueno, no todo fue color de rosa.

  • Faltaba formación adecuada para el personal.
  • Los recursos no siempre estaban disponibles.
  • La corrupción, cómo no, jugaba su papel.

Así y todo, los hospitales fueron mejorando y más personas podían accesarse a servicios que, décadas atrás, eran impensables.

Problemas y tropiezos: nada es perfecto

Ni vamos a fingir que todo fue bueno. Hubieron muchos problemas. El planteamiento teórico era bueno: atención médica para todos. Pero la ejecución estaba lejos de ser ideal.

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La realidad:

  • Pacientes esperando horas, hasta días para recibir atención.
  • Equipos médicos antiguos e ineficientes.
  • Falta de especialistas en áreas clave.

Y no olvidemos las huelgas. Personal médico yendo a paro porque, claro, condiciones laborales pésimas y salarios miserables. Todo esto no ayudaba a mejorar la situación. Pero bueno, estamos hablando de los primeros intentos. De los cimientos, definitivamente podía mejorar (y lo hizo, aunque a paso de tortuga).

El legado de estos hospitales

Lo que sí hay que reconocer es que estos primeros hospitales pusieron las bases de algo que hoy damos por hecho. La idea de tener un lugar donde te puedan curar cuando te pasa algo no nació de la nada. Sin estos pioneros, incluso con todos sus errores y limitaciones, no estaríamos donde estamos hoy.

Así que sí, mucho respeto para esos primeros aventureros que se lanzaron a curar en tiempos difíciles. Todo este embrollo de salud en Bogotá tiene un origen modesto, pero es un legado que sigue vigente, con sus altibajos, pero sigue.

Resumen Rápido

  • El Hospital San Juan de Dios abrió en 1564, siendo el primero en Bogotá.
  • El Hospital de San José, fundado en 1925, marcó un punto de inflexión.
  • La época colonial vio curas cuestionables y charlatanes por doquier.
  • La modernización llegó en el siglo XX, pero no sin obstáculos.
  • La falta de recursos y la corrupción fueron grandes trabas.
  • El legado de estos primeros hospitales es indiscutible.
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