Familia Real Británica
El príncipe Harry y Meghan Markle: ¿Olvidados o ignorados por la realeza?
Vamos al grano. Todo el rollo de Harry y Meghan con la realeza sigue siendo un chisme enorme, ¿cierto? Aunque para mí ya es como ver una telenovela repetida, porque honestamente, la trama no cambia mucho. Hace poco, el príncipe Harry cumplió 40 años y, sorpresa (o no), su familia real decidió «felicitarlo» públicamente. ¿Es en serio? ¿Ahora sí les importa su cumpleaños? Vamos, si no lo habían hecho desde 2021, ¿por qué ahora?
Mira, el rey Carlos III y el príncipe Guillermo lo felicitaron por redes sociales. Pero, según los que saben de este tema, esto no es más que una movida para hacer ver que todo está bien, cuando todos sabemos que no es así. Y ojo, no lo digo yo, lo dice la gente que lleva tiempo analizando a la familia real. ¿Una «rama de olivo»? Ni de broma. Kinsey Schofield, esa que tiene un podcast sobre la realeza, lo dejó clarito: Harry y Meghan no son bienvenidos, y punto. Al menos no como un equipo.
Las Felicitaciones Vacías
No nos engañemos, esas publicaciones de cumpleaños no significan que las cosas estén mejorando. No es como que de repente Guillermo y Harry se estén escribiendo mensajitos tiernos en WhatsApp. Es más, según se comenta, las llamadas de Harry a su padre y a su hermano ni siquiera son contestadas. Lo mismo de siempre. Que si los mensajes de texto, que si las llamadas ignoradas. La típica pelea de hermanos, pero a lo grande. Y aunque algunos expertos dicen que la relación entre Harry y William está mal, pero no es «irreparable», no parece que estén muy apurados por arreglar nada. Lo que pasa es que ahora está todo mucho más roto que antes.
En fin, según Schofield, la familia real no está para bromas, y la verdad es que no confían ni en Harry ni en Meghan. No quieren verlos ni en pintura, ni siquiera como miembros a medio tiempo. ¿Te sorprende? Porque a mí no. Ya lo habíamos visto antes: la reina Isabel II no les dejó esa puerta abierta de «trabajar» a medias, y por eso decidieron montárselo por su cuenta. Y vaya que lo han hecho. Con sus giras por el mundo, como la de Colombia, demostrando que no necesitan el sello real para hacer lo suyo. Pero claro, eso no significa que la familia real se lo tome a bien. Al contrario.
¿Qué pasa con el protocolo?
Aquí hay un punto interesante. Schofield también comentó que lo de las felicitaciones no es más que protocolo. Como que después del famoso Megxit y todo el drama del príncipe Andrés, se dieron cuenta de que había que seguir algunas reglas básicas en redes sociales para evitar más chismes. Así que decidieron que, a partir de ahora, solo reconocerán públicamente los cumpleaños «importantes» de los miembros de la familia que ya no trabajan para la corona. ¿Y qué es un cumpleaños importante? Pues uno que termine en cero, como el de Harry. Vamos, que no lo hicieron por ser buena onda, sino porque les tocaba.
Y claro, esto evita que cada año tengamos titulares sobre el Megxit o el caso Jeffrey Epstein cuando llega el cumpleaños de alguien polémico. Así que, si no se cumple esta regla de los «cumpleaños que terminan en 0», pues no hay publicaciones. Pero no nos engañemos, esto no significa que la relación entre Harry y su familia esté mejorando. Es solo una forma de hacer que la cosa se vea menos escandalosa.
Los Sussex y su equipo: ¿Un desastre?
Ahora bien, hablando de problemas, vamos a tocar el tema de la relación laboral de Harry y Meghan con su equipo. Porque esto también tiene su rollo. Resulta que hace poco salió un artículo en The Hollywood Reporter que no dejó muy bien parados a los Sussex. Al parecer, la rotación de personal que tienen es altísima. Vamos, que la gente se va más rápido de allí que de un restaurante con mala comida. Y, según una fuente anónima, la razón es que Meghan es un tanto… complicada, por decirlo suave. ¿»Dictadora con tacones altos»? Sí, eso fue lo que dijeron. Y que ha hecho llorar a hombres adultos. Así, tal cual.
¿Es esto sorprendente? Pues depende de cómo lo veas. La cosa es que el ex jefe de gabinete de la pareja, Josh Kettler, se fue después de tres meses. Tres meses, ¿eh? Eso es como el periodo de prueba en cualquier trabajo normal. Según dicen, la decisión fue mutua, que no era la opción adecuada. Pero claro, cuando ves que no es el primero que sale corriendo, empiezas a pensar que aquí hay más historia de lo que nos cuentan.
La familia real tiene otros problemas más importantes
Mientras tanto, ¿qué pasa con la familia real? Pues parece que están más enfocados en el rey Carlos y la princesa de Gales. Y no es para menos, porque el rey fue diagnosticado con cáncer en febrero y la princesa Kate anunció recientemente que está libre de cáncer después de una batalla que, según dicen, fue muy dura. Así que es lógico que la atención esté más centrada en ellos y no en lo que Harry y Meghan estén haciendo o diciendo.
Schofield lo dejó claro: la salud del rey y de la princesa sigue siendo una preocupación importante. Y aunque las noticias son positivas por ahora, siempre está la posibilidad de que las cosas se compliquen y la familia de Guillermo tenga que asumir más responsabilidades. Así que, con todo esto en mente, es fácil entender por qué no están precisamente pensando en reconciliaciones familiares por ahora.
Harry y Meghan: ¿En quién confían?
Por su parte, los Sussex también tienen lo suyo. Según Ian Pelham Turner, otro experto en la realeza, el problema con Harry y Meghan es que no saben en quién confiar. Y vamos, no los culpo. Con tanto drama alrededor, cualquiera estaría paranoico. Turner incluso sugiere que su «actitud difícil» puede deberse a que están protegiendo su marca y sus derechos personales. Algo así como un «si no nos cuidamos nosotros, nadie lo hará».
Y claro, todo esto hace que sea más complicado para ellos integrarse o, al menos, tener una relación medianamente normal con la familia real. Pelham Turner comentó que espera que hayan celebrado el cumpleaños de Harry en privado, pero lo que sí no compra es lo de las redes sociales. Para él, lo de las publicaciones públicas fue solo una maniobra de relaciones públicas aburrida. Otro intento más de la familia real por demostrar que no son ellos los malos de la película.
¿Quién tiene la culpa? Bueno, eso es un tema…
Mira, nadie está libre de culpa en esta historia. Ni la familia real, ni Harry y Meghan. Eso lo sabe cualquiera que haya seguido este drama. Pero Pelham Turner también tiene una opinión clara: la familia real necesita crecer un poco y darse cuenta de que todo este circo es un chiste para el resto del mundo. O sea, ¿en serio creen que todos están pendientes de sus peleítas internas? A la mayoría de la gente le da igual. Y él lo dice sin tapujos, recordando que al final del día, son los impuestos de los británicos los que mantienen a toda esta familia en sus palacios.
Al final, la crítica de Pelham Turner es fuerte: lo que la gente espera de la familia real es algo más sensato, algo más unido. Pero lo que vemos es puro drama, año tras año. Y esas publicaciones frías y sin emoción en redes sociales solo refuerzan la idea de que todo es por protocolo y no porque realmente les importe.
¿Las redes sociales cambian algo? No lo creo
Lo que más me llama la atención es cómo Fordwich, otra experta en la realeza, menciona que estas publicaciones en redes sociales de la familia real están completamente vacías de emoción. Siguen una convención. Punto. ¿Qué significa esto? Pues que desde el reinado de la reina Isabel II, solo los miembros de la realeza que trabajan reciben felicitaciones anuales por sus cumpleaños. Pero Harry y Meghan ya no están en ese club, así que solo les toca cuando cumplen años «importantes». Y claro, si este cumple de Harry no hubiera terminado en 0, ni se hubieran molestado en escribir dos líneas.
Lo que más me molesta de todo este rollo es lo predecible que es. Como que ya sabemos que todo lo que hace la familia real está planificado al milímetro. Las publicaciones son sin emoción, sin un gesto genuino. Y para rematar, dicen que la foto que usaron para felicitar a Harry había sido recortada, dejando fuera a Meghan. Pero bueno, el Palacio de Buckingham salió rápido a decir que no, que no habían alterado la imagen. Ya ves, otro drama más, pero que al final no cambia nada.
La tensa relación de Harry con su familia
Y vamos a ser claros, lo de Harry con su familia no es que se vaya a arreglar de la noche a la mañana. El tipo ha hablado en varias ocasiones sobre lo mala que es su relación con ellos, y no se ha guardado nada. En entrevistas, documentales, su libro… Spare lo cuenta todo, incluyendo la pelea brutal que tuvo con su hermano William. Sí, esa en la que se tiraron palabras duras, y al final William terminó agarrándolo por el cuello y derribándolo. Y esto no es invento, Harry mismo lo contó, que hasta cayó sobre un cuenco de perros y se hizo algunos moretones. Y no, no es una escena de una película, esto pasó de verdad.
El rey Carlos, en su momento, intentó que sus hijos se reconciliaran. Incluso después del funeral de su propio padre, el príncipe Felipe, les pidió que no hicieran sus últimos años miserables con sus peleas. Pero bueno, parece que ni esas palabras lograron que las cosas mejoraran. Es como si todo se hubiera estancado en un punto en el que nadie quiere ceder. Y mientras tanto, Harry sigue en su vida en California, lejos de todo, pero al mismo tiempo conectado por estos lazos que, aunque se estiren, no parecen romperse por completo.
¿Qué viene ahora? Solo el tiempo lo dirá
La última vez que Harry estuvo en Londres fue en mayo, y aunque estaba allí por un evento importante de los Juegos Invictus, su padre ni siquiera pudo reunirse con él. Según su portavoz, el rey estaba «demasiado ocupado». ¿Demasiado ocupado para ver a tu propio hijo? No sé, suena más a excusa que a otra cosa. Pero así están las cosas. Lo mismo pasa con su hermano. Asistieron al mismo servicio en una iglesia, pero ni se sentaron juntos. Cada uno por su lado, cada uno con su grupo de primos. Como si el otro ni existiera.
Mientras tanto, Harry y Meghan siguen con su vida en California, apareciendo en eventos y haciendo cosas como si nada. Y claro, siempre está el rumor de que la familia real los está ignorando. Pero, ¿acaso a estas alturas realmente les importa tanto? Puede que sí, puede que no. Al final, lo que está claro es que ambos lados están jugando sus cartas, cada uno con su estrategia. Y la reconciliación, si es que llega, parece estar muy lejos.
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