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Qué hacer en el casco histórico de Tunja: Secretos y Joyas Ocultas por Descubrir

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Qué hacer en el casco histórico de Tunja: Secretos y Joyas Ocultas por Descubrir

¿Alguna vez has estado en el casco histórico de Tunja? Si no, amigo, te estás perdiendo de algo. Tunja es una de esas ciudades que huelen a historia y están llenas de sorpresas escondidas. Aunque suelen compararla con otras ciudades coloniales, tiene su propio encanto que merece la pena explorar. Vamos a meternos de lleno en lo que puedes hacer ahí, pero no pienses que esto será una guía turística de las típicas. Te voy a contar lo que yo vi y viví.

La Plaza de Bolívar y sus alrededores: el corazón de la ciudad

Aquí es donde todo empieza. La Plaza de Bolívar es el punto de partida. No es solo un espacio grande con una estatua en el medio, ¿vale? Es donde se siente el alma de Tunja. Cuando llegas, te encuentras con la Catedral Basílica Metropolitana Santiago de Tunja. Es monumental, hermano. Con una arquitectura barroca impresionante, es un must para cualquiera que pise la ciudad por primera vez. Pero ojo, no te quedes solo con eso.

A un par de pasos tienes el Palacio de Vargas. Antiguo, sí. Pero lo flipante es cómo te transporta a otra época. Las exposiciones internas están chulas, aunque no siempre son las más modernas. Algunos dicen que puede ser aburrido, pero depende de lo que te guste. Dale una oportunidad.

Casas Coloniales: Pura historia en cada rincón

Una de las cosas más brutales de Tunja son sus casas coloniales. Entre ellas, la Casa del Escribano Don Juan de Vargas destaca. Este sitio parece sacado de un cuento. Te guía por la vida en la época de la colonia sin parecer un museo viejuno y polvoriento. Pocos lugares conservan tan bien esa esencia.

Luego tienes la Casa del Fundador Gonzalo Suárez Rendón, que es básicamente una lección de historia de la ciudad. Sí, es interesante, aunque puede que algunas explicaciones sean un pelín pesadas. Pero, venga, estás en medio de la historia viva, así que aguantas.

La Iglesia de Santa Clara la Real: Menos conocida, pero imperdible

Esta iglesia es una joya oculta. Santa Clara la Real no está entre los lugares más mencionados, y francamente, eso es un error. Tiene unas maravillas artísticas que no he visto en otros lugares. Puede resultar algo simple por fuera, pero su interior sorprende. Tiene unos frescos y tallas que te dejan con la boca abierta. Y lo mejor, casi siempre encontrarás poca gente.

Museo del Arte Religioso: Solo si eres fan de lo sacro

No a todo el mundo le gusta el arte religioso, pero si es tu cosa, lánzate. El Museo del Arte Religioso de Tunja alberga colecciones bien interesantes. Aunque claro, no es que sea el Louvre ni mucho menos. Tienen piezas únicas y vale la pena visitarlo al menos una vez. Lo bueno es que no te tomará mucho tiempo.

Las criptas: Sí, hablamos de cosas bajo tierra

Cuando entres a la Catedral Basílica Metropolitana Santiago de Tunja, una visita a las criptas es esencial, especialmente si eres de esos que le molan las cosas un poco macabras. Se siente el peso de los siglos ahí abajo, y es algo que o te encanta o te deja totalmente frío. Para mí, fue una experiencia única.

Parque y Museo del Puente de Boyacá: History geek alert!

¿Eres un friki de la historia como yo? Pues el Museo del Puente de Boyacá y el parque son tu lugar. Está un poco fuera del casco histórico, pero vamos, 15 minutos en taxi y ya está. Muchos vienen solo por el puente, pero el museo tiene cosas alucinantes de la batalla de Boyacá. Aunque algunas exhibiciones podrían estar mejor cuidadas, lo que hay es muy valioso.

Comida: ¿A quién no le gusta comer bien?

No puedes venir a Tunja y no probar la arepa boyacense. Sí, es una bomba, pero está deliciosa. Y, más importante, ve a uno de esos mercados locales. La sopa de mute es perfecta si hace un poco de frío, y créeme, en Tunja hace frío. Piso del Altiplano contiene esos caldos calientes que te devuelven la vida.

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Además, puedes tomarte un postre de natas para cerrar con broche de oro y disfrutar de una auténtica explosión de sabores. Si tienes un poco más de tiempo, busca un sitio donde vendan chicha, la bebida tradicional. No apta para estómagos débiles, pero es una experiencia que hay que probar.

No todo es perfecto: Cosas que podrían mejorar

Vamos a ser sinceros, no todo es miel sobre hojuelas. Por ejemplo, el transporte público en Tunja tampoco es de lo mejor. A veces pierdes más tiempo esperando el bus que disfrutando de tu día. Algunas calles están mal señalizadas y eso puede frustrarte un poco.

Otro detalle, los horarios de los museos y algunos lugares históricos pueden ser un tanto erráticos. A veces llegas todo emocionado y ¡boom!, cerrado. Así que planifica un poquito o pregúntale a los locales, que suelen ser muy amables y te dan la mejor info.

Y en fin… la aventura vale la pena

Pasear por el casco histórico de Tunja es una mezcla de sorpresas y desafíos. No todo es perfecto, pero las cosas buenas definitivamente compensan cualquier pequeño contratiempo. Eso sí, si buscas algo más que una típica escapada turística, este lugar tiene mucho que ofrecer.

Resumen Rápido

  • Visita la Plaza de Bolívar y sus alrededores, incluyendo la imponente Catedral Basílica Metropolitana Santiago de Tunja.
  • No te pierdas las casas coloniales: Casa del Escribano Don Juan de Vargas y la Casa del Fundador Gonzalo Suárez Rendón.
  • Explora los frescos y tallas en la Iglesia de Santa Clara la Real.
  • Si te gusta el arte religioso, date una vuelta por el Museo del Arte Religioso, aunque no esperes el Louvre.
  • Las criptas de la catedral son un must si te gusta lo macabro.
  • Disfruta de la comida tradicional, como la arepa boyacense y la sopa de mute, y no te olvides del postre de natas.
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